El máster jurídico, especialmente el Máster de Acceso a la Abogacía, es obligatorio para ejercer como abogado en España. Sin embargo, más allá de este requisito formal, muchos juristas se plantean si otros másteres jurídicos realmente aportan valor o si es mejor centrarse en acumular experiencia profesional. La respuesta depende en gran medida del momento profesional y del área en la que se quiera trabajar.
Un máster especializado puede ser una excelente opción si tienes claro el área de práctica en la que te quieres desarrollar (como derecho ambiental, penal económico, fiscalidad o propiedad intelectual). En estos casos, el máster permite profundizar conocimientos, hacer contactos en el sector y aumentar tus opciones de empleabilidad, sobre todo en despachos que valoran la formación continua.
También existen másteres con convenios de prácticas muy bien valorados en el mercado. Si te interesa un despacho concreto o quieres abrirte paso en un sector muy competitivo, estos programas pueden ofrecerte la primera puerta de entrada. Eso sí, es fundamental investigar la calidad del programa, la reputación de los docentes y la red de contactos reales que puede ofrecer.
Por el contrario, si has terminado el máster de acceso y ya tienes posibilidad de trabajar o hacer prácticas en un entorno profesional, ganar experiencia puede ser más enriquecedor a corto plazo. Muchos juristas combinan ambas vías: primero acumulan experiencia laboral y, más adelante, eligen un máster más técnico o de gestión legal con una visión más clara de su carrera.
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